EL DUELO EN ADULTOS.

¿CÓMO AFRONTAR ESTOS MOMENTOS TAN DÍFICILES?

La pérdida de un ser querido, es un acontecimiento vital de lo más doloroso y estresante que existe y exige un proceso de duelo para recomponer nuestra identidad.

Todo lo que amamos, desde las personas hasta las cosas, junto a toda clase de identificaciones, se convierte en extensiones de nosotros mismos. Aunque pertenecen a la vida, lo sentimos como propio y acaba por constituirnos. Se trata solo de un espejismo. No hay nada que nos pertenezca, más allá de la responsabilidad de ser sus depositarios durante un tiempo. Todo pasa a través nuestro, pero sin posesión. Sin embargo creemos lo contrario. Todo con lo que nos relacionamos, lo confundimos como nuestro y luego lo sufrimos dolorosamente al perderlo.

Afrontar el duelo:

• Cómo ayudarse a uno mismo
• Participa en los rituales funerarios y en la toma de decisiones posteriores.
• Reconoce la pérdida, dejando sentir el dolor en el interior de uno mismo.
• Dedica un espacio y un tiempo para la expresión de las emociones y del dolor.
• No huir del apoyo de tu familia y amigos.
• No te automediques y no busques alivio en consumos de alcohol o drogas.
• Cuídate y vuelve a tus pautas de sueño y comida cuanto antes.
• Si ves que pasado un tiempo prudencial, te sigues sintiendo atrapado en el sufrimiento, busca la ayuda de un psicólogo.

• Cómo ayudar a otros
• Escucha al «doliente», sin juzgar, ni hablar, ni diciendo lo que tiene o no que decir o hacer.
• Haz que la persona se sienta entendida y cómoda expresando su angustia. Un verdadero abrazo y dejar que llore todo lo que necesite, le ayudará mucho.
• Si pasado un tiempo, ves que no se va recuperando, que habla poco, que se encierra en sí misma, que todo le cuesta mucho, no dudes en buscar la ayuda de un psicólogo.

Sobre todo ante el dolor de la pérdida, no podemos caer en la trampa de pretender eliminar, tapar esos síntomas, porque el afrontamiento efectivo no es aquel que mitiga la sintomatología, sino aquel que se revela eficaz en la promoción de la vivencia del duelo como proceso de desarrollo.