Son sueños desagradables que suelen provocar emociones y sentimientos de terror, miedo, angustia y ansiedad. Esta experiencia es muy vívida y suele incluir temas que implican una amenaza para la supervivencia, la seguridad o la estimación de sí mismo, puede considerarse un trastorno del sueño.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a no tener pesadillas?
- Debemos crear hábitos, establecer una rutina antes de ir a la cama procurando que todos los días a la misma hora se asee, cepille los dientes y vaya al baño, fijar horarios que regulen la hora de irse a la cama inclusive en vacaciones y fines de semanas.
- Evitar educar a nuestros hijos con temas o personajes que pudieran atemorizarlos.
- En la habitación se debe crear un ambiente agradable, reducir los niveles de ruido, luz y humedad. Realizar actividades relajantes antes de acostarse, por ejemplo, leerles un cuento.
- Evitar el ejercicio físico antes de irse a la cama ya que si está muy activo le será difícil conciliar el sueño.
- Evitar bebidas con cafeína o teína, preparar cenas ligeras bajas en azúcar y grasas.
- Utilizar la cama solo a la hora de dormir, el niño no debe realizar otras actividades como leer, estudiar, ver películas o jugar.
¿Qué hacer durante una pesadilla?
- Debemos mantener la calma, ofrecerles nuestro cariño y comprensión hasta que se calme y se sienta bien.
- En ese momento no debemos preguntarle sobre el contenido de la pesadilla. En otro momento sacaremos el tema y nos contara qué ha soñado.
- Durante la pesadilla no debemos encender la luz de la habitación, ni mostrar angustia o preocupación.
- Tampoco debemos quedarnos en su habitación ni llevar al niño a nuestra cama, ya que puede tomarlo como rutina.
- Evitar obligarles a dormir como si fuese un castigo.
Los profesionales que por excelencia se ocupan de este tema son los psicólogos, los cuales llevaran a cabo el tratamiento adecuado para que las pesadillas desaparezcan.
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